domingo, 30 de agosto de 2015

En cada estrella que brilla.

Llega el momento de dejar el pasado atrás,
de despedir a aquellos que nunca volverán, 
de dar un nuevo paso hacia la libertad.

Llega el momento de respirar, 
cerrar los ojos y pensar, 
pues lo que atrás queda, 
ahí debe estar.

Quizá esos recuerdos nos permitan sonreír.
O nos impidan ver, 
pues empañan nuestros ojos, sin querer.

Pero todos ellos hacen algo más.
Nos hacen aprender y ganar,
en experiencia, 
en emociones vividas, 
en coraje y ganas de lucha,
en cicatrices y sabiduría.

Yo me quedo un pedazo,
de todos los que se fueron,
dejando marchar el dolor y el sufrimiento.
Yo me quedo con lo bueno,
que para lo malo ya habrá tiempo.

Miro una vez más este cielo estrellado,
pensando en cuantos estaréis ahí,
vigilándonos, guardándonos,
protegiéndonos sin siquiera saberlo.
Acompañándonos sin poder sentirlo, 
sin estar pero estando a nuestro lado.
Yo se que estáis ahí,
en cada estrella que brilla.

viernes, 21 de agosto de 2015

Despiertas, respiras, sonríes.

Despiertas, respiras, sonríes.

Es real, está a tu lado.
Sobre el mismo colchón,
bajo el mismo tejado.

La imagen te reconforta,
te hace feliz verlo soñando.

Vuelves a respirar,
sigue sonriendo.
¿Quién habrá querido
que muestres tus ojos de nuevo?

Él te devuelve en abrazos
todas las patadas que te dieron.
Él esconde tus miedos
en calidos besos de enero.
Él protege tu cuerpo
En noches de un solo sueño.

Ahora, todos los días son buenos
y todas las noches, un cuento.

Un cuento sin final escrito.
Un cuento sin final,
piensa ella.

Todo lo que un día imaginó,
lo ve ahora cumplido.
Porque todos los días despierta,
y todos los días es contigo.

martes, 10 de febrero de 2015

Declaración de amor.

Cuando los días amanecen oscuros
y las noches tan cerca están.
Cuando las tardes pronto se acaban
y los mediodías no brillan al llegar.
Cuando la mañana es menos mañana,
pues a nadie parece ilusionar.
Cuando el anochecer es tan oscuro,
que ha nadie puede engañar.

Entonces tú preguntarás:

¿Dónde se esconde el sol,
que nunca llega a alumbrar?
¿Dónde encontraré a la luna,
si no es en tu sofá?

A lo que yo responderé:

¿Acaso no eres tú,
quién guarda la luz?
¿Acaso no eres tú,
quien libera la luna?

Y ante mi sorpresa
supiste replicar:

No soy yo quien guardo el sol,
es él quien decide no salir
al ver la luz que desprendes.

Ni soy yo quien libera la luna,
es ella quien sale,
pues una estrella como tú
debe estar acompañada.

¿Es esto amor?
Dije sin pensar.

Tal vez sí,
o puede que no.
Solo puedo confirmar
lo que siento junto a ti,
y esto no es más
que no saber estar sin ti.
Pues una rosa vivirá en mala tierra,
sabiendo que el agua y la luz no le van a faltar.

Pues para mí será vida,
si a mi lado te voy a encontrar.

Ante esa declaración de amor,
no hice otra cosa que llorar,
y besar sus labios con pasión
mientras caíamos en el sofá.