Eres mi verano,
en este duro invierno.
Si tus ojos me miran,
me inunda el calor;
como el sol a la montaña,
cuando se viste de gélido espesor.
¿Dónde estarán las flores,
que no se atreven a salir?
Tienen miedo de que hayan cambiado
por diciembre, el tierno abril.
En este mundo loco,
que no me deja ir a por ti;
en esta loca cama,
donde no soy capaz de dormir.
Y es que es duro el frío hielo,
hasta que templa con calor.
Y es que es frío el duro invierno,
hasta que me arropa tu dolor.
Ocupa aquí tu hueco,
el vacío que dejaste al ir.
Vuelve donde siempre te quise,
y de donde nunca debiste ir.
Ese hogar que construí contigo
para recuperar los veranos perdidos.
Ese hogar que escribimos juntos,
a pesar de no tener un camino.
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