lunes, 17 de junio de 2013

Dolor.

Dolor...
tan corta y tan larga,
tan suave y tan brusca,
tan dulce y tan amarga,
tan satisfactoria y tan dolorosa,
una simple palabra.

Demasiadas clases,
demasiados tipos,
demasiadas maneras,
demasiados motivos,
demasiadas ocasiones.

No nos damos cuenta,
y hacemos mucho más daño,
del que en ocasiones quisiéramos.

Hacemos daño a la gente,
a la que está lejos,
y a la que está cerca.

Sin darnos cuenta, a veces
totalmente consciente, en otras,
sin evitarlo dañamos,
sin quererlo dañamos,
sin saber las consecuencias,
causamos dolor.

Y entonces,
ese dolor es insoportable,
es cansado,
nos agobia
y entonces es cuando el dolor,
con todo su ímpetu
y totalmente consciente,
no nos deja volver,
volver a ser lo que eramos,
quienes eramos
y lo que teníamos.

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