jueves, 27 de junio de 2013

El beso.


Como las gaviotas,
sobrevolando el cielo costero,
en la noche oscura.

Como los leones,
tras la espesa hierba,
en la frondosa selva.

Como los delfines,
en el borde de la piscina,
esperando su recompensa.

Como los tiburones,
con el olfato encendido,
esperando su delicada presa.

Como los buitres,
aspirando el aire,
de la muerte en vena.

Así estás tú,
cuando quedamos juntos,
esperando un beso,
un gesto,
una caricia.

Y surge...
Las gaviotas pescan su cena,
los leones cazan su comida,
los delfines reciben su recompensa,
los tiburones consiguen su presa,
los buitres comen la carne...

Y tú,
esperando ansioso,
ves el gesto,
sientes la caricia
y besas mi beso,
un beso que para mí,
se hace infinito.

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